De
cómo Urquiza conoció los beneficios del libre comercio
El gran codirector del proyecto federal que Rosas encabezó, siempre
mostró extremada fidelidad al Restaurador. Cuando Lavalle desembarcó desde
Uruguay su tenaz perseguidor fue Urquiza. Su poder económico, su capacidad para
poner orden en su provincia, disciplinando a los gauchos entrerrianos, famosos
por su espíritu rebelde, y transformarlos en peones de los hacendados, así como
su poderío militar lo transformaban en el gran cooperador del rosismo. Claro
que a veces los segundos se ven tentados a ser primeros.
Un caudillo formado en la escuela federal se transformó, por obra
y gracia de algunos factores conocidos y
otros no tanto, en la mano ejecutora del programa de libertad, que se plasmó en
la Constitución de 1853 y que, antes de
ella, se corporizo en la libre navegabilidad de los ríos, la vieja aspiración
del litoral, que Rosas jamás concedió.
Los nacionalistas que festejan la derrota de la Vuelta de Obligado , como el
bastión de la soberanía deberían saber que la verdadera soberanía la decretó
Urquiza abriendo los ríos al comercio, cosa que Rosas quiso evitar en su famosa
batalla. La soberanía de la Nación estaba secuestrada por la Provincia de
Buenos Aires, que imponía su monopolio portuario sobre el conjunto del país,
apropiándose indebidamente de las rentas aduaneras. La verdadera soberanía fue
liberar los ríos, romper el monopolio porteño y, por último, nacionalizar la
Aduana.
Ecribió
Florencio Varela, el periodista exiliado en Montevideo, finalmente asesinado
allí por un esbirro de Oribe/ Rosas
“No
es la Nacion Arjentina quien se opone á la libre navegacion del Paraná; es el
solo y único gobierno de Buenos Aires; mientras que las otras provincias
arjentinas, á quienes la cuestion interesa, desean, piden á voces, necesitan
vitalmente esa libertad de navegacion, tan léjos de oponerse á ella. La
historia de las revueltas domésticas de aquellos pueblos, desde poco despues de
la comun emancipacion, y los hechos que Hoy vemos, prueban incontestablemente
esa verdad.El Paraná, desde la confluencia del Paraguay hasta que se vacia en
el Plata, corre bañando territorio
de cuatro provincias arjentinas;—Corrientes y Entre Rios en la márjen
izquierda, Santa Fé y Buenos Aires en la derecha. De todas ellas, solo esta
última tiene interés—interés segun el sistema anti-económico y estrecho que
hasta ahora se ha seguido—en que buques extranjeros no suban el Paraná; por qué
mientras el término final de las expediciones de ultramar sea la rada de Buenos
Aires, ella sola hace todo el comercio de tránsito con las demas provincias. Estas, por el contrario, tienen el mas
alto interés mercantil, económico y político, en hacer el comercio directo con
el extranjero; en no pagar á Buenos Aires los derechos y gastos del comercio de
tránsito, en particular de las rentas de las Aduanas; y en no permanecer en
impotente dependencia de la voluntad del Gobierno de Buenos Aires; que,
alegando necesidades de guerra ciertas ó supuestas, cierra cuando le parece
toda comunicacion por las aguas, incluso el comercio mismo de tránsito.”
Pero como fue que Urquiza, siempre fiel a Rosas, se inclinó por la
libertad y guerreó contra su viejo aliado?
Se trata de una enseñanza esencial: las leyes económicas no son
retóricas. Las necesidades económicas se imponen aun a viejas amistades y a
idearios comunes. La política no puede contra la economía.
Como bien plantea Varela, las provincias del litoral ansiaban la
apertura de los ríos al libre comercio internacional. No era solo un débil
deseo, era un objetivo concreto. Rosas se había adueñado del relato simbólico
de encarnación de La Nación, cuando no era más que la encarnación del interés
porteño de monopolizar el puerta y la Aduana.
Esa hábil representacion del interés nacional quedó evidenciada en
el famoso combate de la Vuelta de Obligado, como símbolo de la Soberanía
argentina.
Dice Varela:
“Tratando
ahora de la entrada que buques extrangeros se han forzado en el Paraná, fácil
será demostrar que ella no viola principio alguno de derecho
internacional, ni ofende las prerogativas de la Nacion Arjentina. La Inglaterra y la Francia no han dicho;
"entramos al Paraná por que la ley comun de las naciones nos dá derecho de
entrar, aunque la Nacion Arjentina no quiera." No; ellas reconocen plenamente el derecho de los arjentinos:
sus gobiernos lo han declarado así solemnemente: pero han entrado al Paraná por
razones del todo independientes de ese derecho.Esas
son las razones por que se fuerza la entrada al Paraná; no por desconocer el
derecho ni la soberania de la Nacion Arjentina en aquel Rio. Rosas, solo
Rosas, es el causador de esa hostilidad; como él, y solo él, es quien se opone á la libertad
de la navegacion, que Corrientes, Entre Rios y Santa Fé desean y necesitan para
prosperar”
El episodio nacionalista de Obligado es en realidad el episodio
del localismo porteño que niega a las provincias litorales el derecho a
comerciar con el mundo, independientemente del puerto de Buenos Aires.
Lo que se olvida es que el fallido de corte con cadenas del Paraná
era el desesperado intento de Rosas de frenar el creciente libre comercio de
Corrientes y Entre Ríos con el puerto de Monevideo y puertos brasileños rio
Uruguay arriba. Como bien describe Florecio Varela, este ilegal y creciente comercio
era ya irrefrenable:
“Por
lo que hace al Entre Rios, sus ventajas son infinitamente mayores que las de
otra ninguna Provincia: porque no solamente puede aprovechar del comercio
necesario á su consumo, sino tambien del de tránsito para Corrientes, Misiones,
Paraguay, y acaso para los pueblos
de la márjen derecha del Paraná. La
importancia que tiene para Entre Rios el comercio, á que Rosas quiere que
renuncie, puede comprenderse por las tablas de las exportaciones de aquella
Provincia para el solo puerto de Montevideo, en los últimos doce meses. Esas
tablas, segun nuestros rejistros, cuya exactitud es ya jeneralmente reconocida,
dán los siguientes resultados:
En los seis últimos
meses de 1846,
desde 1.° de Julio á 31 de Diciembre, se importaron en Montevideo de los puertos
de Entre Rios 99,979 cueros
vacunos secos, y 15,303 dichos salados.
Resulta, pues, que el Entre Rios ha exportado, en los últimos doce meses,
233,024 cueros secos, 31,007 salados y 6,238 arrobas de cerda, á mas de lana y
otros artículos. El precio medio de los cueros secos de esa procedencia en el
periodo expresado ha sido de 20 reales uno; el de los salados 17-1/2 reales; y
el del quintal de cerda 15 ps.
Total 673,780 2-1/2
En
ese total no va incluido, como se vé, el valor de la lana, grasa, sebo ni otros
artículos que el Entre Rios ha exportado para Montevideo.
El
valor de las importaciones en aquella provincia ha sido, no solo igual al de
sus exportaciones, sino algo mayor, segun datos exactos que poseemos.
Ese hermoso movimiento mercantil en
una provincia que acaba apénas de retirarse de hecho de una guerra en que nada
ganaba, esplica bien las disposiciones y tendencias pacíficas del pueblo
Entrerriano. Esos son los resultados de la paz y de la libertad del comercio:
se han levantado saladeros, graserias, y otros establecimientos importantes,
que representan grandes capitales, que dán buena ganancia á los hacendados, y
proporcionan salario á la poblacion trabajadora.”
La correspondencia entre Urquiza y Crespo, gobernador este de
Entre Rios mientras Urquiza asistía a Rosas en la guerra uruguaya muestra un extraño
juego de simulaciones.
Urquiza le recrimina a Crespo que siga con los puertos entrerrianos
abiertos al comercio con Montevideo, pese a la orden de Rosas de cerrar todos los puertos de la Confederación.
Estas cartas son publicadas por XX
“En un principio cuando Urquiza
percibió la autonomía con la cual se movía
el gobernador interino le escribió
diciéndole "...He sido impuesto por un conducto
seguro y respetable, que a pesar del
sabio ... decreto del Exmo. Sr. Gob. de Buenos
Aires encargado de las relaciones
exteriores de la Confederación Argentina sigue
aun el comercio de esa provincia con
el territorio del Brasil por el puerto de La Concordia,
sensible me sería que esto fuese
cierto y que así se contraría esa medida de
tantas importancia hermanadas por
aquel gobierno, con el tino que tanto lo distingue.
En
consecuencia debe Ud. poner todo su conato en cortar semejante escandaloso
abuso
(en como así fuese) y castigar rigurosamente a los contraventores al
mencionado
decreto, que prohibe ese trafico, es esto de suma necesidad y creo que
Ud. no descuidará un punto tan
exencial"
Era cierto en enojo de Urquiza hacia Crespo o era, más bien , un
juego de ocultación para que Rosas jamás se enterara de las verdaderas intenciones
de Urquiza?
“Pero aquel cierto enojo inicial de
Urquiza pronto desapareció ante el éxito
financiero y comercial que le iban
proporcionando los hechos, así unos meses después
le confesaba a Crespo que:
"...Conozco cuan sinceramente es Ud. mi amigo, estoy muy satisfecho de
todos sus procederes y a su capacidad y patriotismo debo
gran parte de haber hallado mi patria
en orden, con un Exto. virtuoso y en arreglo
todos los Departamentos como patriota
y como Entrerriano se lo agradesco de corazón
y es tal mi confianza en Ud. que lo
considero otro yo...".
El “otro yo”, era , en realidad el YO profundo de Urquiza, el que
no se animaba aun a dar el paso final: el alzamiento contra el vetusto y
cerrado sistema rosista.
“Y he ahí porque se crée jeneralmente que el gobernador dá Entre
Rios se negará á privar él mismo á su Provincia, solo porque Rosas lo quiere,
de una situacion tan ventajosa y tan próspera.—Porque, en efecto; ¿qué habria hecho
el Entre Rios de todos esos frutos que ha exportado, si hubiese cerrado
sus puertos, ó dado márjen á que se los bloqueasen? ¿A donde los habria
enviado?
¿Qué
utilidades habrian dado los capitales empleados en sus estancias, saladeros y
graserias? Esas utilidades, lo mismo que el movimiento mercantil, han de ser
naturalmente, en adelante, mayores de lo que han sido; porque los nuevos
establecimientos de saladeros y demas han vencido ya las dificultades que
impiden al principio sacar de ellos todas las utilidades que despues dán.
¿Por qué, pues, se privaria el Entre Rios del
fruto de sus capitales y de su trabajo, ahora precisamente que mas deberia
producirle? ¿Qué le dá Rosas en cambio de ese inmenso sacrificio? Por eso hemos
dicho otras veces, que solo el hecho consumado nos hará creer que el Gobernador Urquiza
se pliegue á las
exijencias egoistas y ruinosas, que hoy tiene el Dictador respecto del Entre
Rios.”
Esto lo escribió Varela en agosto de 1847, cuatro años antes del Pronunciamiento
de Urquiza. Esa claridad no abunda entre periodistas y analistas. Varela la
tenía porque entendía con claridad que Rosas ganaba en la Retórica, pero
Urquiza tenía la economía de aliada.
Mirando
la cuestion de modo tan distinto, natural es que sean tambien distintos los
medios de sostenerla.
Nosotros presentamos á las Provincias hechos
comerciales, cuentas claras y probadas de la importancia de su comercio. Rosas
las grita, os quieren conquistar, os quieren convertir en colonias.
Nosotros llamamos la atencion de aquellos pueblos
á las ventajas del comercio directo; les mostramos cuanto tiene de mas barato,
de mas pronto y de mas seguro; Rosas solo responde, quieren dividir las
Provincias, quieren destruirlas y causar una dislocacion jeneral”
El “Patria o Colonia”, grito tan
recurrido para sostener al aislamiento y la derrota económica nació allí. “Los que quieren comercio libre y apertura de
los Ríos trabajan para ser Colonias, nosotros que queremos puertos cerrados,
rios con cadenas, control monopolico, queremos Patria independiente”. Varela fue quizas el
primero que entendió que la economia es la unica que derrota a la retórica
política. Palabras no se combaten con palabras , sino con hechos: incremento del
comercio, más exportacion, más trabajo para los argentinos.
Urquiza, ya sin ocultamientos,
felicita a Crespo por los datos comerciales, esos que Varela expone en sus artículos
"...las dos últimas
[correspondencias]
del 26 se reducen en su mayor parte a
darme explicaciones respecto al
comercio hecho en nuestros pueblos de
la costa del Uruguay. Estoy muy conforme
con todo y por lo mismo conviene que siga la cosa en el mismo
estado, puesto
que
Ud. se anima a cargar la leña que ha hecho dejandole seguir el gobierno
provincial.
Hando una oferta muy prudente la de
UD., pues como más viejo hara menos
falta...".
Estaba clara la sutil reparticion de
papeles. Urquiza sería el leal al Restaurador, indignado por el incumplimiento
de Crespo, pero no haría nada para interrumpir la apertura de los puertos
entrerrianos. Y si recibía algún tirón de orejas de Rosas, sería Crespo el que
sacaría las castañas del fuego, recibiendo las reprimendas de Buenos Aires:
“Si a pesar de todo quanto le significo no
queda {Rosas} satisfecho y le hiciese
algún recelo, deje correr el gobierno provisorio un
poco tiempo más, y yo cargaré con la leña como que soy el que lo ha hecho, y Ud.
Queda
libre de polvo. Para ello tiene la excusa de su constante atención a la guerra,
yo
más quiero que me tachen de estas materias de medio pícaro que no medio
sonso, nada se nos puede pegar de la tal operación,
la provincia y su gobierno
se ha sacrificado, y continua
haciéndolo para sostener la independencia y
debe
pues
buscar los medios para llevar adelante su empresa por donde halle camino…”.
Unos días después Crespo eufórico
saboreaba el éxito alcanzado, y le comentaba
a Urquiza “…Habiendo recibido los
estados de cajas de la provincia […] por
ello vera Ud. Que el estado de la caja
del Uruguay es el de marzo y la que le falta mucho
más fondos […] Vea Ud. el resultado de no haber sido carmelitas y haber abierto
nuestros
puertos”.
Quizás sea Crespo un personaje menor, pero no cabe duda que en
realidad fue el artífice del cambio dramático de la situación, al hacerle a
Urquiza de vocero permanente de los éxitos de la apertura al libre comercio, alentándolo
y asumiendo él el peso del castigo que,
se temía, Rosas aplicaría a la Provincia rebelde. Pero ese castigo nunca llegó.
Y las alforjas de Urquiza, se iban llenando con los argumentos, las realidades
del auge económico que vivía Entre Ríos. Todo ello se sumó para que Urquiza
tomara la decisión que lo colocaría en la Historia y que permitiría a la postre
una Argentina floreciente.
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