miércoles, 13 de diciembre de 2017

De cómo Urquiza conoció los beneficios del libre comercio

El gran codirector del proyecto federal que Rosas encabezó, siempre mostró extremada fidelidad al Restaurador. Cuando Lavalle desembarcó desde Uruguay su tenaz perseguidor fue Urquiza. Su poder económico, su capacidad para poner orden en su provincia, disciplinando a los gauchos entrerrianos, famosos por su espíritu rebelde, y transformarlos en peones de los hacendados, así como su poderío militar lo transformaban en el gran cooperador del rosismo. Claro que a veces los segundos se ven tentados a ser primeros.
Un caudillo formado en la escuela federal se transformó, por obra y gracia  de algunos factores conocidos y otros no tanto, en la mano ejecutora del programa de libertad, que se plasmó en la Constitución de 1853 y  que, antes de ella, se corporizo en la libre navegabilidad de los ríos, la vieja aspiración del litoral, que Rosas jamás concedió.
Los nacionalistas que festejan  la derrota de la Vuelta de Obligado , como el bastión de la soberanía deberían saber que la verdadera soberanía la decretó Urquiza abriendo los ríos al comercio, cosa que Rosas quiso evitar en su famosa batalla. La soberanía de la Nación estaba secuestrada por la Provincia de Buenos Aires, que imponía su monopolio portuario sobre el conjunto del país, apropiándose indebidamente de las rentas aduaneras. La verdadera soberanía fue liberar los ríos, romper el monopolio porteño y, por último, nacionalizar la Aduana.

Ecribió Florencio Varela, el periodista exiliado en Montevideo, finalmente asesinado allí por un esbirro de Oribe/ Rosas

 

“No es la Nacion Arjentina quien se opone á la libre navegacion del Paraná; es el solo y único gobierno de Buenos Aires; mientras que las otras provincias arjentinas, á quienes la cuestion interesa, desean, piden á voces, necesitan vitalmente esa libertad de navegacion, tan léjos de oponerse á ella. La historia de las revueltas domésticas de aquellos pueblos, desde poco despues de la comun emancipacion, y los hechos que Hoy vemos, prueban incontestablemente esa verdad.El Paraná, desde la confluencia del Paraguay hasta que se vacia en el Plata, corre bañando territorio de cuatro provincias arjentinas;—Corrientes y Entre Rios en la márjen izquierda, Santa Fé y Buenos Aires en la derecha. De todas ellas, solo esta última tiene interés—interés segun el sistema anti-económico y estrecho que hasta ahora se ha seguido—en que buques extranjeros no suban el Paraná; por qué mientras el término final de las expediciones de ultramar sea la rada de Buenos Aires, ella sola hace todo el comercio de tránsito con las demas provincias. Estas, por el contrario, tienen el mas alto interés mercantil, económico y político, en hacer el comercio directo con el extranjero; en no pagar á Buenos Aires los derechos y gastos del comercio de tránsito, en particular de las rentas de las Aduanas; y en no permanecer en impotente dependencia de la voluntad del Gobierno de Buenos Aires; que, alegando necesidades de guerra ciertas ó supuestas, cierra cuando le parece toda comunicacion por las aguas, incluso el comercio mismo de tránsito.”




Pero como fue que Urquiza, siempre fiel a Rosas, se inclinó por la libertad y guerreó contra su viejo aliado?
Se trata de una enseñanza esencial: las leyes económicas no son retóricas. Las necesidades económicas se imponen aun a viejas amistades y a idearios comunes. La política no puede contra la economía.
Como bien plantea Varela, las provincias del litoral ansiaban la apertura de los ríos al libre comercio internacional. No era solo un débil deseo, era un objetivo concreto. Rosas se había adueñado del relato simbólico de encarnación de La Nación, cuando no era más que la encarnación del interés porteño de monopolizar el puerta y la Aduana.
Esa hábil representacion del interés nacional quedó evidenciada en el famoso combate de la Vuelta de Obligado, como símbolo de la Soberanía argentina.
Dice Varela:

“Tratando ahora de la entrada que buques extrangeros se han forzado en el Paraná, fácil será demostrar que ella no viola principio alguno de derecho internacional, ni ofende las prerogativas de la Nacion Arjentina. La Inglaterra y la Francia no han dicho; "entramos al Paraná por que la ley comun de las naciones nos dá derecho de entrar, aunque la Nacion Arjentina no quiera." No; ellas reconocen plenamente el derecho de los arjentinos: sus gobiernos lo han declarado así solemnemente: pero han entrado al Paraná por razones del todo independientes de ese derecho.Esas son las razones por que se fuerza la entrada al Paraná; no por desconocer el derecho ni la soberania de la Nacion Arjentina en aquel Rio. Rosas, solo Rosas, es el causador de esa hostilidad; como él, y solo él, es quien se opone á la libertad de la navegacion, que Corrientes, Entre Rios y Santa Fé desean y necesitan para prosperar”


El episodio nacionalista de Obligado es en realidad el episodio del localismo porteño que niega a las provincias litorales el derecho a comerciar con el mundo, independientemente del puerto de Buenos Aires.
Lo que se olvida es que el fallido de corte con cadenas del Paraná era el desesperado intento de Rosas de frenar el creciente libre comercio de Corrientes y Entre Ríos con el puerto de Monevideo y puertos brasileños rio Uruguay arriba. Como bien describe Florecio Varela, este ilegal y creciente comercio era ya irrefrenable:
“Por lo que hace al Entre Rios, sus ventajas son infinitamente mayores que las de otra ninguna Provincia: porque no solamente puede aprovechar del comercio necesario á su consumo, sino tambien del de tránsito para Corrientes, Misiones, Paraguay, y acaso para los pueblos de la márjen derecha del Paraná. La importancia que tiene para Entre Rios el comercio, á que Rosas quiere que renuncie, puede comprenderse por las tablas de las exportaciones de aquella Provincia para el solo puerto de Montevideo, en los últimos doce meses. Esas tablas, segun nuestros rejistros, cuya exactitud es ya jeneralmente reconocida, dán los siguientes resultados:
En los seis últimos meses de 1846, desde 1.° de Julio á 31 de Diciembre, se importaron en Montevideo de los puertos de Entre Rios 99,979 cueros vacunos secos, y 15,303 dichos salados. Resulta, pues, que el Entre Rios ha exportado, en los últimos doce meses, 233,024 cueros secos, 31,007 salados y 6,238 arrobas de cerda, á mas de lana y otros artículos. El precio medio de los cueros secos de esa procedencia en el periodo expresado ha sido de 20 reales uno; el de los salados 17-1/2 reales; y el del quintal de cerda 15 ps.  
Total        673,780 2-1/2
En ese total no va incluido, como se vé, el valor de la lana, grasa, sebo ni otros artículos que el Entre Rios ha exportado para Montevideo.
El valor de las importaciones en aquella provincia ha sido, no solo igual al de sus exportaciones, sino algo mayor, segun datos exactos que poseemos.
Ese hermoso movimiento mercantil en una provincia que acaba apénas de retirarse de hecho de una guerra en que nada ganaba, esplica bien las disposiciones y tendencias pacíficas del pueblo Entrerriano. Esos son los resultados de la paz y de la libertad del comercio: se han levantado saladeros, graserias, y otros establecimientos importantes, que representan grandes capitales, que dán buena ganancia á los hacendados, y proporcionan salario á la poblacion trabajadora.”

La correspondencia entre Urquiza y Crespo, gobernador este de Entre Rios mientras Urquiza asistía a Rosas en la guerra uruguaya muestra un extraño juego de simulaciones.
Urquiza le recrimina a Crespo que siga con los puertos entrerrianos abiertos al comercio con Montevideo, pese a la orden de Rosas  de cerrar todos los puertos de la Confederación. Estas cartas son publicadas por XX
“En un principio cuando Urquiza percibió la autonomía con la cual se movía
el gobernador interino le escribió diciéndole "...He sido impuesto por un conducto
seguro y respetable, que a pesar del sabio ... decreto del Exmo. Sr. Gob. de Buenos
Aires encargado de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina sigue
aun el comercio de esa provincia con el territorio del Brasil por el puerto de La Concordia,
sensible me sería que esto fuese cierto y que así se contraría esa medida de
tantas importancia hermanadas por aquel gobierno, con el tino que tanto lo distingue.
En consecuencia debe Ud. poner todo su conato en cortar semejante escandaloso
abuso (en como así fuese) y castigar rigurosamente a los contraventores al
mencionado decreto, que prohibe ese trafico, es esto de suma necesidad y creo que
Ud. no descuidará un punto tan exencial"
Era cierto en enojo de Urquiza hacia Crespo o era, más bien , un juego de ocultación para que Rosas jamás se enterara de las verdaderas intenciones de Urquiza?
“Pero aquel cierto enojo inicial de Urquiza pronto desapareció ante el éxito
financiero y comercial que le iban proporcionando los hechos, así unos meses después
le confesaba a Crespo que: "...Conozco cuan sinceramente es Ud. mi amigo, estoy muy satisfecho de todos sus procederes y a su capacidad y patriotismo debo
gran parte de haber hallado mi patria en orden, con un Exto. virtuoso y en arreglo
todos los Departamentos como patriota y como Entrerriano se lo agradesco de corazón
y es tal mi confianza en Ud. que lo considero otro yo...".

El “otro yo”, era , en realidad el YO profundo de Urquiza, el que no se animaba aun a dar el paso final: el alzamiento contra el vetusto y cerrado sistema rosista.
“Y he ahí porque se crée jeneralmente que el gobernador dá Entre Rios se negará á privar él mismo á su Provincia, solo porque Rosas lo quiere, de una situacion tan ventajosa y tan próspera.—Porque, en efecto; ¿qué habria hecho  el Entre Rios de todos esos frutos que ha exportado, si hubiese cerrado sus puertos, ó dado márjen á que se los bloqueasen? ¿A donde los habria enviado?
¿Qué utilidades habrian dado los capitales empleados en sus estancias, saladeros y graserias? Esas utilidades, lo mismo que el movimiento mercantil, han de ser naturalmente, en adelante, mayores de lo que han sido; porque los nuevos establecimientos de saladeros y demas han vencido ya las dificultades que impiden al principio sacar de ellos todas las utilidades que despues dán.

¿Por qué, pues, se privaria el Entre Rios del fruto de sus capitales y de su trabajo, ahora precisamente que mas deberia producirle? ¿Qué le dá Rosas en cambio de ese inmenso sacrificio? Por eso hemos dicho otras veces, que solo el hecho consumado nos hará creer que el Gobernador Urquiza se pliegue á las exijencias egoistas y ruinosas, que hoy tiene el Dictador respecto del Entre Rios.”


Esto lo escribió Varela en agosto de 1847, cuatro años antes del Pronunciamiento de Urquiza. Esa claridad no abunda entre periodistas y analistas. Varela la tenía porque entendía con claridad que Rosas ganaba en la Retórica, pero Urquiza tenía la economía de aliada.
Mirando la cuestion de modo tan distinto, natural es que sean tambien distintos los medios de sostenerla.
Nosotros presentamos á las Provincias hechos comerciales, cuentas claras y probadas de la importancia de su comercio. Rosas las grita, os quieren conquistar, os quieren convertir en colonias.
Nosotros llamamos la atencion de aquellos pueblos á las ventajas del comercio directo; les mostramos cuanto tiene de mas barato, de mas pronto y de mas seguro; Rosas solo responde, quieren dividir las Provincias, quieren destruirlas y causar una dislocacion jeneral

El “Patria o Colonia”, grito tan recurrido para sostener al aislamiento y la derrota económica nació allí.  “Los que quieren comercio libre y apertura de los Ríos trabajan para ser Colonias, nosotros que queremos puertos cerrados, rios con cadenas, control monopolico, queremos  Patria independiente”. Varela fue quizas el primero que entendió que la economia es la unica que derrota a la retórica política. Palabras no se combaten con palabras , sino con hechos: incremento del comercio, más exportacion, más trabajo para los argentinos.
Urquiza, ya sin ocultamientos, felicita a Crespo por los datos comerciales, esos que Varela expone en sus artículos
"...las dos últimas [correspondencias]
del 26 se reducen en su mayor parte a darme explicaciones respecto al
comercio hecho en nuestros pueblos de la costa del Uruguay. Estoy muy conforme
con todo y por lo mismo conviene que siga la cosa en el mismo estado, puesto
que Ud. se anima a cargar la leña que ha hecho dejandole seguir el gobierno provincial.
Hando una oferta muy prudente la de UD., pues como más viejo hara menos
falta...".

Estaba clara la sutil reparticion de papeles. Urquiza sería el leal al Restaurador, indignado por el incumplimiento de Crespo, pero no haría nada para interrumpir la apertura de los puertos entrerrianos. Y si recibía algún tirón de orejas de Rosas, sería Crespo el que sacaría las castañas del fuego, recibiendo las reprimendas de Buenos Aires:
 “Si a pesar de todo quanto le significo no
queda {Rosas} satisfecho y le hiciese algún recelo, deje correr el gobierno provisorio un
poco tiempo más, y yo cargaré con la leña como que soy el que lo ha hecho, y Ud.
Queda libre de polvo. Para ello tiene la excusa de su constante atención a la guerra,
yo más quiero que me tachen de estas materias de medio pícaro que no medio
sonso, nada se nos puede pegar de la tal operación, la provincia y su gobierno
se ha sacrificado, y continua haciéndolo para sostener la independencia y debe
pues buscar los medios para llevar adelante su empresa por donde halle camino…”.

Unos días después Crespo eufórico saboreaba el éxito alcanzado, y le comentaba
a Urquiza “…Habiendo recibido los estados de cajas de la provincia […] por
ello vera Ud. Que el estado de la caja del Uruguay es el de marzo y la que le falta mucho
más fondos […] Vea Ud. el resultado de no haber sido carmelitas y haber abierto
nuestros puertos”.


Quizás sea Crespo un personaje menor, pero no cabe duda que en realidad fue el artífice del cambio dramático de la situación, al hacerle a Urquiza de vocero permanente de los éxitos de la apertura al libre comercio, alentándolo  y asumiendo él el peso del castigo que, se temía, Rosas aplicaría a la Provincia rebelde. Pero ese castigo nunca llegó. Y las alforjas de Urquiza, se iban llenando con los argumentos, las realidades del auge económico que vivía Entre Ríos. Todo ello se sumó para que Urquiza tomara la decisión que lo colocaría en la Historia y que permitiría a la postre una Argentina floreciente.

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