jueves, 3 de noviembre de 2016

Dos grandes textos

Dos son los textos fundamentales que han servido para poner bases sólidas al pensamiento democrático liberal actual: La Sociedad Abierta y sus enemigos, de Karl Popper y Los Fundamentos de la Libertad, de Frederich Hayek.
Ambos autores fueron colegas y compartieron coincidencias y disidencias. Popper, en su prefacio de La Sociedad… agradece las gestiones de Hayek para posibilitar la publicación de su libro. Hayek cita a Popper en Los Fundamentos…
Es cierto que hay un tercer libro, La Acción Humana, de Von Mises, que completa este conjunto monumental de obras fundadoras. Pero su carácter de obra de Economía (aunque trasciende el campo de las transacciones económicas y se instituye como fundador de una ciencia de la acción humana, la Praxeología) cuyo centro no es el problema del poder sino el gran tema del mercado como arena en la que se despliegan las decisiones económicas, aconsejan un tratamiento diferenciado de la obra de Mises.
Porque nos interesa el problema del Poder, o mejor, de los límites del poder, el problema de la política, el problema de la comprensión de la Historia. Y en ese campo las obras de Popper y Hayek se complementan, ofreciendo ideas, sugerencias, arriesgando hipótesis, en fin , obligando a revisar los fundamentos del pensamiento social y de la interpretación de la Historia.
Si la Historia tiene un “sentido”, un curso firme que puede ser descubierto, sus “descubridores" adquieren inmediatamente el papel de líderes intelectuales, de aquellos que marcan el camino porque “saben” donde queda el futuro. En cambio, quienes como Popper o Hayek o Mises descreen de la posibilidad de decodificar el supuesto derrotero de la Historia porque la Historia no está predeterminada, no asumirán jamás ese rol de iluminados, prescientes, gurúes inapelables.
Su modestia es, por lo tanto, no una postura circunstancial sino un resultado de sus hallazgos. Porque se trata de un hallazgo el constatar que no hay “determinaciones únicas” en la Historia, y que los sujetos de la historia no son entes colectivos-clases, naciones- sino individuos enfrentados con un entorno que los obliga a decidir cómo maximizar sus grados de libertad.

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