jueves, 16 de junio de 2016

El liberalismo y sus adversarios

Haré un pequeño test.

Me gustaría que cada lector responda el siguiente cuestionario.

-  Cuantos pobres había en el mundo en 1980 y cuantos ahora? Cree que eran más o menos?

-  Que credibilidad tienen para usted las siguientes cifras:

En 1970 el 29% de la población del mundo ganaba 2 dólares por día En 2000 el 10% de la población del mundo ganaba 2 dólares por día (a valor constante)

-  Por qué China adoptó un sistema económico de libre mercado a partir de 1980?
-  Por qué la pobreza bajó en China desde 1980 en 300 millones de personas?

-  Cuantas veces aumento la exportación de China desde 1980 a 2004?

-  Por qué Corea del Sur exporta 180 mil millones de dólares al año y la del Norte 2 mil millones?
-Qué le sugieren estas cifras?:


MORTALIDAD INFANTIL EN LAS DOS COREAS

1975: Corea del Sur 68 por mil; Corea del Norte 70 por mil

2000: Corea del Sur: 4 por mil; Corea del Norte 42 por mil

- Y éste?

MORTALIDAD INFANTIL EN 2005

Cuba: 6 por mil

Chile 8 por mil

Costa Rica 8 por mil


-  Por qué Chile es el único país de Latinoamérica que cumplió las Metas del Milenio, al bajar la pobreza del 40%, en 1990 a 16% en 2007?
-  Por qué Chile pasó de exportar 9 mil millones a 40 mil millones?

-  Por qué Chile tiene tratados de libre comercio con más de 100 países y acaba de ser invitado a integrar la OCDE?

-  Cuantos muertos produjo la Revolución Soviética por Guerra civil, por la colectivización forzosa en Ucrania y por las Purgas de la década del 30
-  Leyó alguna vez a Kravchenko, un miembro del Partido Comunista de URSS que escapó a occidente en 1944. En 1947 escribió lo que sigue:

Aquellos comunistas que se vieron directamente envueltos en los horrores que acompañaron a la imposición del colectivismo quedaron marcados. Éramos hombres que no podíamos esconder las cicatrices.(…)

Me refiero a los comunistas cuyos sentimientos no habían quedado embotados por el cinismo. De nada nos valían los esfuerzos por encontrar una explicación adecuada: para nosotros carecía de sentido la bien conocida aritmética de las atrocidades: mil víctimas hoy con vistas a asegurar mañana la felicidad de miles de no nacidos. Encontrábamos imposible justificar el imperio del terror en el campo.




-  ¿Cuantas personas murieron en la Revolución Cultural china?

-  ¿Qué opina de las invasiones soviéticas a Hungría, Checoslovaquia y Afganistán?¿ A que fase o periodo de la construcción del socialismo corresponden?

-¿Por qué los ciudadanos cubanos no tienen acceso a Internet?

-  ¿Por qué en Cuba se ha discriminado a los homosexuales desde la Revolución, según consta en innumerables testimonios?
-  ¿Podría explicar brevemente por qué motivo Cuba apoyó a la Argentina de Videla, en Naciones Unidas, cuando se planteó la posibilidad de votar reclamando por los Derechos Humanos en Argentina?

-  ¿Sabe que existen algunos pensadores y escritores como Karl Popper, Frederick Von Hayek, Schumpeter, Von Mises, Isaiah Berlin, Koestler, Andre Guide, Jorge Edwards, Carlos Montaner? Leyó algo de ellos? Que opinión le merecen?
-  ¿Por qué cayó el muro de Berlín?

-  ¿Por qué los balseros tratan de escapar de Cuba?

-  ¿ Por qué el Presidente Chávez habla de no comerciar con EEUU, no firmar acuerdos de libre comercio con él, y el Presidente Castro habla de que Cuba está pobre debido al embargo de EEUU, y pide poder comerciar libremente con dicho país?¿ Nota alguna contradicción entre ambas posturas de dos presidentes amigos?

-  Por SI o por NO

-  Es preferible que la gente elija sus gobernantes

-  Es preferible que los gobernantes vean limitados sus poderes con mecanismos de contrapeso

-  Es preferible que las mayorías respeten los derechos de las minorías

-  Es preferible que las gente invierta, produzca, trabaje, comercie, compre y venda libremente
-  Es preferible que haya racionamientos, precios máximos, cuotas, cupos, bonos, controles del Estado, trabajo obligatorio

-  Es bueno o no que haya prensa libre, desde grandes cadenas hasta blogs personales o que el Estado tenga el unico diario disponible
-  Que afirmación prefiere “es preferible menos libertad pero que el Estado garantice mi bienestar” o “es preferible más libertad, aunque nadie más que yo garantice mi bienestar?

-  Es bueno o malo que haya inversion extranjera en un pais?

-  Si es bueno, como atraerla, si es mala, como alejarla

-  ¿ Sabe cuanta inversion extranjera capta China?

-  ¿Cuanta capta Chile?

-  ¿Cuanta capta Argentina?

-  En suma, ¿ cuales son para usted los principales problemas contemporáneos y cuales sus posibles soluciones?

Me gustaría contar con las respuestas. Me temo que muchas de ellas confirmarían la frase de Popper, en el sentido de que todo el aparato de difusión de ideas e información insiste en que vivimos en un “mundo miserable”, y que hay que buscar “otro mundo” alentando así un milenarismo irracional, a la búsqueda de utopías que nos condenan al infierno.

El propósito de este libro es divulgar entre público no especializado-idealmente entre jóvenes y adolescentes- algunas ideas-fuerza que definen el marco de comprensión de la realidad que plantea el liberalismo. La finalidad, puramente idealista, es contrarrestar ese lamento cotidiano y relatar que el liberalismo no es cosa de señores viejos y gordos, sino que las páginas más audaces, creativas y valientes de la humanidad se escribieron bajo esa bandera. Pero para eso hay que conocer qué es el liberalismo, cuales su concepción de sociedad, la economía, el mercado, los salarios, la pobreza, la ley, el Estado.

El liberalismo no busca la felicidad. Si se entiende esta premisa, se entiende todo el resto.

El socialismo, en cambio, avanza sobre la búsqueda de felicidad humana. Cree conocer su fórmula, y penetra por ese camino, en la mente, el alma, los sentimientos del hombre, a los cuales transforma en materia de su Programa: no se trata, tan solo, de “liberar las fuerzas productivas” , traer una mejora en la economía sino crear un Hombre Nuevo, trabajar como “ingenieros de almas” como Stalin definió a los artistas, creando así un nueva conciencia (que en general se basa en desechar los pequeños placeres burgueses y disfrutar en cambio de la grandiosa construcción del Socialismo)

Se educa así a las nuevas generaciones en el culto al esfuerzo, la solidaridad, el sacrificio, el desprecio a los placeres individuales, se entrena la mente para aceptar que fuera de la comunidad no somos nada, que sólo valemos como parte del proyecto socialista, el cual nos aparta de las angustias y las dudas típicas del intelectual burgués. Somos felices, en el Socialismo, cuando posponemos los deseos individuales (amor, placer, entretenimiento, juego, conocimiento, reconocimiento, diversión, adquisición de bienes) y nos alegramos del esfuerzo, la lucha, las privaciones, la mística de la construcción colectiva del proyecto social.

Esta búsqueda de una felicidad “épica” transforma a las personas en actores de un drama panificado desde la cúpula, escrito por el Partido y el Líder.
El problema para el pobre individuo es que muchas veces no tiene ninguna gana de representar ese papel. Esta “recaída” en los vicios pequeñoburgueses le trae enormes problemas de conciencia: siente que, íntimamente, ha traicionado la lucha por la felicidad colectiva entregándose a sus deseos. A modo de nuevos monjes, los “hombres nuevos” ahogan sus deseos con autoflagelaciones para matar al demonio burgués que habita en sus tripas. Y eso duele. Se sufre en el Socialismo: no solo por las privaciones materiales que un régimen de racionamiento y lucha contra la ganancia provoca, sino por el sentimiento de culpa que a todo buen socialista le embarga cuando tiene esas tentaciones carnales.


Escribe Yoani Sanchez, bloguera cubana (cuyo Blog no puede accederse desde Cuba) :

Para los cubanos de mi generación, la idea de anhelar el éxito implicaba el padecimiento de una terrible desviación ideológica, no sólo si se pretendía sobresalir en lo personal sino también en el ámbito profesional o económico. Se nos educó para ser humildes y se nos impuso la norma de que al recibir algún reconocimiento público, era obligatorio subrayar que sin la ayuda de los compañeros que nos rodeaban hubiera sido imposible obtener semejante resultado. Lo mismo ocurría con la simple tenencia de un objeto, el disfrute de una comodidad o la “malsana” ambición de prosperar.

La pretensión de ser competitivo se castigaba con etiquetas muy difíciles de despegar de nuestro expediente, como las acusaciones de autosuficiente o inmodesto. El éxito tenía que ser -o parecer- común, fruto del esfuerzo de todos, bajo la sabia dirección del Partido. Así aprendimos que la autoestima tenía que disimularse y que había que ponerle riendas al entusiasmo emprendedor. Los mediocres tuvieron su agosto en esta sociedad que terminó por cortar las alas a los individuos más atrevidos, mientras potenciaba el conformismo. Eran los tiempos de ocultar las pertenencias materiales, demostrar que todos éramos hijos de abnegados proletarios y afirmar que odiábamos profundamente a los burgueses.

Algunos fingieron que abrazaban el igualitarismo, pero en realidad acumulaban privilegios y amasaban fortunas, mientras repetían en los discursos los llamados a la austeridad. Eran los que seguían diciendo en las autobiografías que venían de una familia pobre y que su aspiración principal era servir a la patria. Con el tiempo sus colegas del trabajo descubrían que detrás de la imagen de ascetismo se escondía un desviador de recursos del Estado o un acumulador compulsivo de posesiones materiales. Aún hoy, la máscara de la frugalidad ha seguido en sus rostros, aunque sus abultados abdómenes digan todo lo contrario.


Como los líderes lo saben - ellos también son humanos- conviene distraer a los súbditos con la palabra: la Palabra Única- emitida a la mañana por el Diario Único, recogida después por la Emisora Única y la Televisora Única- está destinada como en un acto de hipnotismo colectivo a exorcizar los malos pensamientos, a alejar a los ciudadanos de los deseos individuales, en especial de la libertad de pensamiento. El ideal de los Planificadores Socialistas es planear los pensamientos de los súbditos, organizarlos en parcelas, niveles y jerarquías perfectamente claras, a fin de facilitar el dominio.

Todos sabemos que ese delirio se derrumbó hace veinte años, aunque persiste en contados países. Pero el sustrato de ese delirio existe en todo buen socialista democrático con aspiraciones: no es algo que pueda erradicarse con “antistalinismo”: el Hombre Nuevo es una enfermedad del Socialismo, está en su esencia- heredera remota de los milenarismos medievales- escarbar en el alma humana para extirpar el Mal que habita allí.

El Liberalismo, entonces, tiene en el Socialismo a su más formidable adversario, porque todas sus variantes buscan afectar desde el Estado el ámbito de privacidad de la persona humana: desde la aventura nazifascista hasta el Gulag soviético, desde los populismos latinoamericanos hasta la amable Socialdemocracia, hay en el Socialismo siempre una fuerte intención controladora de la libertad, esa enemiga peligrosa de Viejos y Nuevos Regímenes, de Zares y Conductores.

La libertad de mercado soportó los edictos de control de precios, la imposibilidad de viajar y comerciar libremente, los peajes feudales, el control de salarios, las limitaciones al trabajo libre que imponían los Gremios Medievales, los impuestos del Rey, la depreciación de la moneda por adulteración de su ley de oro o plata, las pesas y medidas arbitrarias, los controles , requisas, confiscaciones, expropiaciones, estatizaciones, nacionalizaciones, socializaciones a que se sometió a la propiedad privada, junto a los beneficios extraordinarios para los favoritos del poder: subsidios, cuotas de mercado, precios asegurados, privilegios impositivos, protecciones aduaneras, acceso a información reservada, etc.

El viejo régimen, un muestrario de todas las prácticas intervencionistas fue sucedido por el nuevo régimen. Algo los unía sin embargo: el afán de constructivismo, de ingeniería social: es el legislador el que decide que, como, cuando y a quien comprar.

El racionalismo que trajo la Revolución Francesa, sus incontables profetas, reformadores, utopistas, socialistas científicos o no, partieron todos del desconocimiento de los productos naturales de la sociabilidad y pretendieron legislar para “mejorar el mundo”. Iniciaron así, el “camino de servidumbre”.








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