Inflación y otras desgracias
La transición argentina del
populismo a la República continúa, semana a semana, deparándonos sorpresas,
giros, cambios, avances y retrocesos. Este experimento, único en Latinoamérica,
anticipa otras posibles transiciones
como en Venezuela o Brasil.
La situación, esquemáticamente es
esta: la gente sigue esperanzada, más de un 60% apoya a Macri, pero por primera
vez en años el principal problema
señalado es la inflación, por encima de la inseguridad.
La gente percibe alto riesgo de
incremento de la inflación, de una devaluación y de problemas laborales. Por
ejemplo, mientras en enero un 68% percibía alto riesgo de incremento de la
inflación, en febrero este porcentaje se eleva al 83%.
La percepción de riesgo está en
similares valores críticos a los que había en septiembre de 2014, momento en el
cual fue removido el Presidente del Banco Central, ante la expectativa de un
dólar a 20$ y una crisis global de la economía cristinista.
El Gobierno de Macri se sostiene
no en hechos, ni expectativas inmediatas, sino en una esperanza de mediano
plazo. Como dijo Macri “Tengo que tender un puente entre este presente y el
futuro”. ¿Podrá?
El presente, como producto de un
pasado que cada día se descubre más ominoso y delincuencial, es la construcción
también, de una sociedad que acompañó en silencio al robo más monumental que
jamás gobierno alguno organizó. No todos, claro está. Recordemos la millonaria
marcha del 8 de Noviembre de 2012. O la marcha por Nisman, de febrero de 2015.
Macri abrió la herida y ahora
ésta supura. Mucha gente lo culpa de eso y olvida al verdadero causante.
La otra derivación es que si bien
no se culpa masivamente a este gobierno
por la inflación, casi la mitad de la población cree que la causa de la
inflación es la codicia de los empresarios y pide volver a los controles que
Guillermo Moreno supo establecer a punta de pistola o de llamado telefónico
amenazante.
Se aplica aquí esta afirmación ya
olvidada de Ludwig Von Mises:
“
Llaman “inflación” a la consecuencia inevitable de la
inflación, es decir, al aumento en los precios. Ansían relegar al olvido el
hecho de que este aumento se produce por un incremento en la cantidad de dinero
y sustitutivos del dinero. Nunca mencionan este incremento. Atribuyen la
responsabilidad del aumento del coste de la vida a los negocios. Es un caso
clásico de ladrón gritando “¡Al ladrón!” El gobierno, que produjo la inflación
multiplicando la oferta de dinero, incrimina a los fabricantes y comerciantes y
disfruta del papel de ser un defensor de los precios bajos''.
El aliado radical del Macri, Ernesto Sanz ,
dijo que “algunos empresarios se merecen un Moreno”. O sea: el Gobierno es muy
tibio con los empresarios y sería bueno llamar a Moreno y devolverle su cargo…
Holdouts
Donde el gobierno no yerra es en el tema de los
Holdouts, ese conjunto de fondos de inversión que no aceptó la reestructuración
de la deuda y litigó contra Argentina…y ganó el juicio. Hay que pagar, dice,
porque si no habrá un Mega ajuste o una Hiperinflación. Y propuso una quita y una forma de pago aceptada
por casi todos esos fondos.
Pero el peronismo huele sangre y ataca. Aunque
“parece” que finalmente el Congreso podrá votar la derogación de dos leyes,
exigida por el juez…no lo hará gratis. Los caciques del cada vez más intrincado
peronismo, pelean para ver quien exige más del gobierno para dar quorum o votar
afirmativamente la propuesta del ejecutivo. Hay que negociar con Massa, con De
la Sota, con Pichetto, con Bossio, con Recalde…Mientras Cristina despachaba una
ley como quien manda un email, Macri tiene que sudar con cada cacique, cada
gobernador, cada senador.
Esto desgasta al gobierno, le quita las
energías necesarias para lograr cambiar, que es su consigna. Las inversiones
son remolonas y solo llegarán cuando el
tema Holdouts este resuelto…aunque siempre hay alguna razón para NO invertir:
“¿Garantiza Macri la gobernabilidad?¿El Peronismo no hará alguna de las suyas y
dinamitará al gobierno?¿Tendrá mayoría en el Congreso Macri en el 2017?”
La gente ha dado ya un plazo para derrotar a la
inflación: un año. Macri pide cuatro. El Cristinismo juega al Golpe. El
Peronismo no cristinista juega a sacarle todo lo que pueda a un Estado
exhausto. Los medios juegan a no pasar por “oficialistas”.. y castigan al
gobierno. El gobierno hace su parte, y se equivoca en muchos temas, muestra impericia.
Y sabe que la verdadera solución al déficit del 7% del PBI no es echar a 10,000
ñoquis sino a dos millones de empleados públicos, política suicida e inaplicable.
Dejar de imprimir billetes significa reemplazar
los ingresos no con papel pintado que se licúa,
sino con aumentos de tarifas, disminución de los subsidios,
ralentización de la obra pública, despidos y otras lindezas inaceptables para
el político promedio.
Ese es el desafío de Macri. No parece ser que
la sociedad pueda entenderlo.
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